Carta a los Reyes Magos… es decir a los políticos que aspiran a gobernar el Ayuntamiento
Juan Re Crivello
24-05-2007 20:43
En un foro reciente, un autor que utiliza el seudónimo de Tlemaco plantea determinadas razones para plantar árboles. En estos días que vemos la caravana de milagros de nuestros políticos, bien seria detenerse ante un deseo poco correspondido:
¡Plantad árboles en Vilanova!
Es necesario para reducir el efecto invernadero dirá Tlemaco. Los árboles actúan como colectores de carbono. Una hectárea de bosque nuevo retiene unas 6,25 toneladas de carbono al año. Los árboles pueden absorber CO2 a un ritmo de 6 kilos por árbol y año. Los árboles alcanzan su fase de mayor producción de carbono hacia los 10 años de edad. También nuestro desconocido autor será capaz de plantear que en 50 años, un árbol generará 24.000 euros en oxígeno, reciclará agua por valor de 28.000 euros y limpiará aire contaminado por valor de 48.000 euros. Y además:
Los árboles evitan o reducen la erosión del suelo y la contaminación del agua. Contribuyen a las corrientes subterráneas y al mantenimiento de los ríos. Las pantallas naturales hechas de árboles y arbustos, convenientemente colocadas, reducen significativamente la contaminación acústica en los cruces y vías concurridas. Sirven de barrera visual. Suavizan los perfiles de los edificios. Las plantaciones de especies de rápido crecimiento y de rendimiento controlado son una fuente constante de combustible para estufas y chimeneas. Los bosques bien gestionados son una fuente sostenible de madera. Según su situación, especie, tamaño y estado, la sombra de los árboles puede reducir los gastos en aire acondicionado de edificios residenciales y comerciales entre un 15 y un 50 por ciento. Los árboles, debido a la sombra que producen y a su respiración, son un medio de refrigeración natural que reduce la necesidad de construir diques, centrales hidroeléctricas y nucleares. Los setos plantados alrededor de las casas protegen del viento y de la nieve y pueden reducir el gasto necesario en calefacción en hasta un 30%. La sombra de los árboles refresca las calles y los aparcamientos. Las ciudades son auténticas islas de calor que suelen registrar entre 5 y 9 grados más de temperatura que las zonas circundantes. Es también interesante agregar que Por cada tonelada de madera nueva que crece, se eliminan aproximadamente 1,5 toneladas de CO2 del ambiente y se producen 1,07 toneladas de oxígeno esencial para la vida.
Podríamos citar aún innumerables beneficios, pero ¿Qué sucede en una ciudad de 60.000 habitantes cuando se decide plantar árboles?. Ante esta pregunta lo interesante es preguntarse si la ciudad en la que reside posee este stock de salud. En el caso de Vilanova i La Geltrú observamos que la trama urbana carece de árboles. Seria deseable una política sanitaria y ecológica para dotarse de 5.000 árboles en los primeros días de mandato del próximo alcalde.
¿Brindis al sol?.
Por más que las candidaturas están repletas de personalidades modernas, este autor observa una falta de conciencia verde en sus protagonistas.
Un dato: 5.000 árboles multiplicados por 6 kilos de CO2 que absorben por año nos darían 30.000 kilos de CO2 menos. Pero no es salir a plantar en tromba en lugares alejados del día a día, de lo que se trata es de introducirlos en la malla urbana donde el coste se dispara y si es posible pequeños y de hoja perenne. Pero también existen otros lugares, por ejemplo en la carretera comarcal C32- a su paso por esta ciudad. A ambos lados, hay terreno que en algunos tramos supera los 10 metros de ancho. Con solo introducir 4 árboles en cada metro -como existe en algunos tramos de la Autopista C31- en dirección a Barcelona, obtendríamos en los 10 Km. la nada despreciable cifra de 50.000 árboles.
Por lo tanto la pancarta debería decir:
¡Por un corredor verde en la comarcal C32!. Pero no al estilo de nuestros políticos, que donde ponen verde aparece un escuálido matorral. No, ¡un gran mar de árboles!.
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