COMUNICAT
15-04-2002 22:33
Pero no fue el caso. El caso fue que algunos de los taurinos que iban a presenciar la corrida, fastidiados por nuestra pacífica protesta y no contentos con dirigirnos gestos obscenos y expresiones soeces, intentaron agredirnos físicamente, evidenciando una vez más que su carácter violento y agresivo no se agota en la simple contemplación de la tortura en la plaza.
Aparte de los espectaculares intentos de agresión -el más vistoso, el de un aficionado que en lugar de dar un pequeño rodeo se empeñó en atravesar violentamente la línea de manifestantes-, la tarde también se vio amenizada por las clásicas representaciones de los espontáneos de siempre: las mujeronas con abrigos de pieles, ofendidas por el calificativo de "horteras" que les dirigieron los manifestantes; los chulitos que, a pesar de no dar la talla, pretendieron hacer una exhibición del más rancio y casposo machismo ibérico; las expresiones entre ofendidas y asesinas de los dulces papás y mamás que entraban en la plaza con sus tiernos hijos -algunos muy, muy pequeños-, al oir que los manifestantes coreaban "los niños, a la escuela"; las tonterías que algunos simiescos seres humanos se empeñaban en ejecutar frente a los manifestantes, con perdón para nuestros hermanos evolutivos los simios, a los que amo y respeto. Por fortuna, ningún "homo sapiens sapiens" llegó ayer a mostrar sus posaderas al respetable, cosa que sí ha sucedido en otras ocasiones.
En fin: como siempre, la crueldad, la caspa, la violencia, el machismo, la incultura y la insensibilidad acabaron entrando en la plaza. La inteligencia, la sensibilidad y la humanidad quedaron fuera, en la Gran Vía de Barcelona, entristecidas al imaginar lo que allí dentro estaban haciendo.
VNG Amiga dels animals
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