Vegueria del Penedès

El diario de Rutka Laskier


Juan Re Crivello

22-08-2007 10:28

Rutka Laskier

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Hoy he recordado los detalles del día 12 de agosto de 1942. […] Estuvimos de buen humor hasta las nueve de la mañana. Luego miré más allá de la barrera y vi soldados con las ametralladoras apuntando hacia la palza por si a alguien se le ocurria escapar. La gente se desvanecía, los niños lloraban. Resumiendo: el día del juicio. La gente estaba sedienta, y no había ni una gota de agua alrededor. Hacía un calor terrioble. Luego, de repente, empezó a llover. No paraba. A las tres llegó Kucczynnsky (Jefe del Servicio de Orden Judío) y empezó la selección. “1” significaba volver a casa; “1ª”, ir a los trabajos, que era hasta peor que ser deportado; “2” significaba profundizar la inspección, y “3”, deportación, en otras palabras, muerte. Entendí qué significa una tragedia. Nos presentamos a la selección a las cuatro. Mamá, papá y mi hermano pequeño, fueron clasificados en el grupo 1, y yo, en el grupo 1ª. Yo andaba como si estuviese inconsciente. […] La cosa más extraña es que no lloramos en absoluto, en absoluto. Ni una lágrima. Luego vi otros desastres. No puedo contarlos con palabras. Niños pequeños estaban tumbados en la hierba húmeda, la tempestad enfurecía sobre nuestras cabezas. Los policías les pegaban ferozmente y les disparaban también. Estuve allí hasta la una de la noche. Luego escapé. Mi corazón golpeaba. Salté de una ventana al primer piso de un pequeño edificio, y no me pasó nada. Sólo mis labios estaban tan mordidos que sangraron”.(1)

Hemos visto muchos reportajes en la televisión sobre el drama del Holocausto, pero las imágenes ciegan nuestro apetito. Es el relato de Rutka quien nos provee de la violenta necesidad de la libertad. Es su natural descripción de la insolencia nazi, la que nos permite delatar la asombrosa maquinaria construida por un grupo de seres humanos que ven el autentico sadismo como su verdadera ideología. Después de tantos años, podemos preguntarnos: ¿cual es la ambición que sostenía la arquitectura del régimen?. ¿La sangre?, ¿el botín?, ¿el ejercicio del poder?. No, tal vez el placer cruel y breve de la violencia espiritual ejercida sobre millones de individuos.

Este cruel pegamento.
De arcilla, remanso y odio.
Atrapa en su desmesura, al débil y al siniestro.
Pero el dolor del desaparecido regresa en
el tiempo hambriento de verdad.(2)

Rutka escribió su diario a partir del 19 de Enero de 1943 en una casa del gueto de Bedzin en Polonia. El cuaderno seria escondido en la escalera de dicha casa y redescubierto 60 años después por Sapinska, su amiga de esos días. Las frases nos transportan ante una lucidez extrema y febril –la de una joven de 14 años- enfrentada a la extrema facilidad que el apetito del régimen nazi se emplea ante el pueblo judío. Pero también nos encontramos ante la delgada hoja que separa la conciencia de lo que vivimos y la irreductible desesperación ante el foso moral que se había abierto.

(1)Extracto publicado en el diario El País, 22 de julio de 2007.
(2)Poesía maldita, Juan ré

Rutka Laskier nació en Gdansk en 1929 y falleció en Auschwitz en 1943.

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