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FUTBOL PRIMAVERA
24-11-2008 18:40
El cronista toma prestada la cita con la intención de plasmar el fulminante cambio de rumbo, y también de destino, ocurrido en el encuentro durante un breve, pero inspiradísimo lapso temporal que ya ha pasado a la historia como "minuto de oro supernovesco" en el que se fraguó una victoria que hasta ese momento no vislumbraba ni el mayor de los optimistas antropológicos que en el mundo han sido. Leamos.
Las cualidades esteparias del terreno no auguraban un partido caracterizado por la floritura y el adorno técnico, sino más bien todo lo contrario, es decir, fútbol aéreo con esporádicos toques de balón de factura más bien troglodítica, tal y como invariablemente viene sucediendo cada vez que la escuadra supernovesca visita Canyelles. Pese a estos condicionantes, el público de Canyelles, que no abarrotaba las gradas, bien pronto tendría ocasión de dar un respingo, contener la respiración, y, finalmente, mesarse los cabellos, cuando el Zorro del Nervión supera al portero local con un intencionado disparo de picardía zorruna que, por desgracia para los visitantes, también pasó por encima del larguero. Michel, el Cohete de Maracaibo, desde ahora también conocido como el Corsario Negro, recoge un rechace dentro del área y su disparo pseudomalabarístico es detenido por el portero de Canyelles sobre la línea de gol. La primera jugada de ataque mínimamente elaborada por el equipo local se salda con una inquietante falta al borde del área cuyas consecuencias pronto conocerá el lector. El mítico Rorro Leiva ordena la colocación de la barrera. Como refuerzo defensivo con pretendidas aspiraciones de infranqueabilidad se colocan sendos jugadores junto a los dos postes. Ni uno, ni otro remedio evitarán que la pelota se cuele en la portería de los de Sitges, no sin antes dibujar una extraña trayectoria con sorprendentes movimientos de traslación y rotación incluidos; 1-0. El gol sienta al equipo visitante como un jarro de agua fría, y con este estado de semicongelación futbolística supernovesca se llegaría al descanso.
Entre la entumecimiento futbolístico de los unos, y el conformismo remolón de los otros, el encuentro durante este segundo tiempo fue adquiriendo unos niveles de intensidad y emoción propios más bien de una partida de cinquillo, hecho este que favorecía, sin ningún género de dudas, los intereses del equipo local, que, por aquellos entonces, disfrutaba de una mínima ventaja en el marcador. Y si a la falta de banquillo le unimos las lesiones de "Amazing" del Carpio, que ya había terminado cojeando la primera parte, y las molestias de Chaca en su tobillo, el panorama no resultaba nada halagüeño para el Supernova. Pero en asuntos futbolísticos cualquier cosa puede ocurrir mientras haya tiempo para que ocurra, y voluntad para intentarlo. De este modo, cuando más apagado parecía el juego, dos soberbios zarpazos del Guaje darían la vuelta al marcador en el llamado minuto mágico. El Gasteiztarra saca de banda con extremada pericia a los pies del Guaje. Simón controla el balón, recorta a su marcador, y desde el ángulo del área lanza con la pierna derecha un formidable chut cruzado al poste largo de la portería local que supera la estirada del guardameta, e iguala el partido; 1-1. Apenas un minuto más tarde Amazing del Carpio roba un balón en el centro del campo, pasa en profundidad al Guaje que controla de espuela mientras inicia una carrera meteórica hacia la portería de Canyelles. Un rebote afortunado tras la atropellada salida del portero local deja el balón muerto a los pies del Guaje que, a portería vacía, no tiene más que empujar la pelota para adelantar a los de Sitges; 1-2. Euforia entre el equipo visitante que, ahora sí, se adueña del centro del campo y puede incluso aumentar su ventaja con dos nuevas ocasiones. La primera de ellas en un remate muy forzado del Corsario Negro; pero sobre todo en una nueva y excepcional jugada del Guaje a cuyo remate le sobraron un par de centímetros para otorgarle un merecido hattrick. No hubo concesiones en defensa, y apenas inquietó Canyelles en un par de acciones de ataque, una de las cuales salvó cómodamente Samy sobre la línea de gol. En la segunda de ellas Neil "Demolition Man" Wallace, repele magistralmente con su abdomen de acero un duro y peligroso disparo de Luis, mítico delantero de Canyelles. No hubo tiempo para más. Con sólo once jugadores, dos de ellos renqueantes, Supernova lograba con su remontada un esforzado y meritorio triunfo que relanza sus aspiraciones clasificatorias.
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