MÚSICA
16-06-2006 12:56
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Por desgracia para los calurosos como un servidor, poco a poco el verano se nos echa encima y con el aumento de grados en el termómetro, florecen cual hongos o parásitos las llamadas canciones del verano.
Esas cancionzuchas de ritmo fácil y escaso gusto poético que llenan de un sonido flatulento las largas tardes de estío. La primera muestra que se nos brinda es Opá, viazé un corrá compuesto por una persona cuyo nombre le permite trepar a los árboles y deleitarse con el eucalipto de la otra punta del mundo.
Quizá el único consuelo que me queda, la esperanza a la que me aferro, es que se van de la misma manera que llegan; un buen día, sin preludio alguno; para volver al lugar del que nunca deberían haber salido.
Antes de finalizar mi plática, les daré un práctico consejo para poder pasar este verano en paz y armonía: haga acopio de la mejor música que encuentre en su fonoteca y evite el virus de la canción del verano, que sin haber vacuna alguna, una vez que entra en nuestro torrente sanguíneo el mal es irremediable y en su cabeza escucharán la cadencia interminable de unos versos abominables.
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