Vivir como un maharajá, antigua expresión que nos habla de un deseo o ilusión que cualquier ser humano ha intentado emular alguna vez. Debo decir que los maharajá que vivieron su esplendor a comienzos de 1900, -de los cuales la dinastía Sij en el área del Punjab fue una de las mas florecientes- tenían un harén de aproximadamente 300 mujeres. Por lo cual, la expresión vivir como es aplicable más al mundo masculino que femenino. Pero estos seres inexplicables, en el contexto de nuestra civilización aun asombran por su magnetismo. En estos días he podido repasar fotografías suyas en la cual, todos derrochan una expresión de aire aventurero y refinamiento en el vestir. En la India de la época que supuso el final de estos reinos en 1948, llegaron a ser alrededor de 500 individuos, de los cuales los citados del Punjab son bastantes representativos del espiritu. Sus reinos: Kapurthala, Patiala, Jind, Faridkot, o Nahba, suponían territorios no mayores de 2000 Km2 cada uno y con una población no superior a las 200.000 almas. Dice de ellos el autor Javier Moro(1) que los mahrajás de Patiala y Kapurtala acabaron haciéndose muy famosos en Europa: por ser Sijs, por ser monarcas de dos Estados de Punjab y por tener fuerte personalidad y presencia. La vida de un monarca de aquella época descansaba en un ceremonial ostentoso en el cual la extravagancia les hacia mas cercanos a la idea que tenían sus súbditos, que le consideraban un Dios. Este pasado de esplendor y aparentemente poco mezquino, es a nuestros ojos un brillo lejano y ausente que invita a la fantasía ante la cotidiana y estrecha vida actual. En nuestra época, la lujuria y extravagancia ha sido reemplazada por la crítica rosa y el imperio cotidiano de las historias de infidelidades y egoísmos del Star Sistem. Ni siquiera las letras doradas del Hoolywood de los años 40/50 que poseía más glamour ha podido resistir este recreo diario que escuchamos por la televisión, de los amores e intereses en el cual los paparazzi, a lo sumo logran imágenes de una tripilla descubierta o una infidelidad en la disco de moda, o un escándalo de corrupción en la babel moderna de Marbella. Es aquí -donde este cronista observa- que la seducción mágica de una elite ha dado paso a la masificación ligera, rápida, cambiante, de los medios de comunicación que escupen lo ultimo, que a su vez mañana será olvidado o reemplazado por otro ex_ escándalo o moda tan efímera como la anterior. He dejado para el final un recuerdo: ¿un poco extraño?. En la pagina de las biografías consultadas, aparece casi al final extraviada- una foto de una mujer que incluye un pie de pagina que dice: Spanish wife of Maharajá Jagatjit Singh. En esta cascada de fotografías, emerge por si sola una imagen de Anita Delgado, una de las primeras europeas en casarse con un maharajá pero que no aceptaría vivir en el harem.
(1)Javier Moro, Pasión India, Ed. Seix Barral (2)Historia de Anita Delgado: www.lavozdelacometa.org/TeoAtienza/anita.jpg (3)external.cache.el-mundo.net/.../1108744402_1.jpg
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