Dicen que hacer una buena masa es un trabajo agradable y relajante. En Cataluña el 11 de septiembre es día festivo. Algunos han aprovechado para irse a uno de los últimos días de playa, otros se han quedado frente a la tele, otros han asistido a los actos de la Diada y el que suscribe ha recordado una antigua receta italoargentina para un pastel para pasar la tarde.
En mi cocina, he abierto la despensa y comenzado por preparar los diferentes ingredientes: 125 gr. de margarina, 3 yemas, ½ taza de azúcar, 3 tazas de harina, 2 cucharadas de leche y ½ sobre de levadura royal*. He puesto todo encima de un mármol, le he amasado para darle consistencia, para luego dejarle 20 minutos descansar. He decidido cambiar la receta y he escogido un melocotón que lo he cortado en capas delgadas y también 6 trozos de un plátano.
Al mover la masa, mis manos notaban lo glamorosa en que se encontraba, era un chicle que se deshacía. He cogido un cuchillo y he apartado un trozo (un 10%) que lo he convertido en tiras muy finas. Para acabar he estirado la masa en el molde previo untarlo con mantequilla, luego he depositado la fruta como en pétalos alrededor de un centro imaginario y encima de ella, he colocado las finas tiras formando cuadrados imaginarios. Por último, un poco de huevo para darle color con un pincel y al horno durante 40 minutos. Al acabar he recogido la receta y cual seria mi sorpresa que estaba escrita en un antiguo periódico del 2003.
Su titular decía: el e-mail desvela la estructura fractal de las organizaciones sociales. Al leerlo, en resumen, la teoría dice que cualquier comunidad se estructura en pequeños grupos que interaccionan entre si. Las huellas digitales de nuestros flujos de información establecen redes capilares con diferentes grosores y permiten identificar comunidades, detectar puntos débiles de una organización, o identificar personas claves de la organización (1). La aplicación de un software creado por los investigadores de la Universidad Rovira i Virgili permite la visualización grafica de las relaciones y su grado de comunicación interior o exterior. Pero la conclusión que mas me ha llamado la atención es que en las organizaciones sociales, el grupo tiende a auto organizarse siguiendo un principio similar al de la mínima energía(2). Es decir la solución a un problema no siempre se encuentra siguiendo el orden jerárquico o un esquema predefinido.
El pitido del horno me devuelto a la realidad. Al abrir la puerta una esplendida Pasta Frola esta lista para el café. Espero que se animen en esta tarea y creen organizaciones fractales por doquier. ¡Y buenas tartas !
(1,2) Alex Arenas. Albert Díaz-Aguilera. Universidad Rovira i Virgili. Año 2003 *Receta de mi tatarabuela: Maria Falco Pascal
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