Raúl Basas |
18-12-2007 17:37
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Ya le hubiera gustado al equipo despedir el año con otro resultado, y entregarse a la molicie navideña con una nueva victoria que le hubiera situado en los puestos de privilegio. Esto hubiera permitido también al cronista despedirse con una crónica de tono festivo y dicharachero, propio de estas fechas, y ahorrarse para otra ocasión el antiguo y sencillo proverbio africano del encabezamiento. Pero el pasado sábado el sol ígneo de la lucidez futbolística no brilló con todo su esplendor en el cielo del Supernova. Campo de tierra, frío glaciar y cielo plomizo fueron el escenario gris en el que se desarrollaron los hechos que componen la crónica que sigue a continuación. Leamos.
Muy disputado y sin concesiones comenzó un partido en el que los dos equipos trataban de dominar el centro del campo, y en el que cada balón dividido era una lucha sin cuartel. No es Posta un equipo que se caracterice por su contundencia atrás, ni por su elaboración en el juego del medio campo; y sí por la movilidad y la velocidad de vértigo de sus medias puntas y sus delanteros. El orden y la buena colocación inicial de los de Sitges les llevó, sin embargo a dominar muy pronto el encuentro. Cuando los carteros quisieron darse cuenta de ello, el partido sólo se jugaba en su parcela. Tan solo una ocasión clara para los carteros en un cabezazo que salió fuera junto al poste derecho de la portería del Rorro Leiva. Por su parte los de Sitges, con más presencia en ataque que su rival, pudieron marcar en sendos chuts de Sebas Algote que rozaron el larguero, y un cabezazo fallido de Raúl tras un rebote. Muy cerca estuvo el káiser de conseguir un gol olímpico, pero un manotazo del portero local volvió a enviar el balón a córner. Los ataques tímidos de Posta morían una y otra vez en los dominios de los infranqueables Cosme y Diego. Así estaba el partido hasta que llegaron los cinco últimos minutos del primer tiempo. Falta que lanza Posta, el balón queda muerto dentro del área a pies de un delantero local que marca a placer; 1-0. La disputa de un balón en el centro del campo entre Sebas Algote y un defensa local acabará con la expulsión del mágico que dejaba a los de Sitges con diez jugadores. Las cosas aún empeorarían. Un centro desde la derecha es despejado de cabeza por Cosme anticipándose a su par, pero el balón cae a pies de Gustavo que no tiene más que empujar; 2-0. Con dos goles de desventaja, y un jugador menos, finalizaban los cinco minutos fatídicos y con ellos concluía la primera parte del encuentro.
En el arranque del segundo tiempo los de Sitges se jugarán todo a una carta con la defensa de tres. Los primeros instantes son de dominio visitante que a punto están de sorprender a Posta en un par de arrancadas del sueco más imprevisible de todos los tiempos y de la serpiente emplumada respectivamente. No llegó el gol para los de Sitges, y sí que llegaría para los carteros al culminar Gustavo un contraataque con un chut raso desde fuera del área; 3-0. El partido parece ya sentenciado, pero Supernova, todo corazón, no ceja en su empeño, vuelve a la carga y por fin alcanzará su premio en forma de magnífico gol. Será obra de Leo. El más gancho controla un balón en la esquina izquierda del área y, con el empeine bien pulido, lanza una rosca suave al poste largo, y la pelota, ante la mirada atónita del portero de Posta, cae mecida mansamente por la red; 3-1. El gol provoca cierto nerviosismo en los locales que aprovechará Supernova para poner cerco a la portería de Posta. Por un instante el "más difícil todavía" parece posible. El espejismo, sin embargo, durará lo que tarde Posta en marcar su cuarto gol en otro contraataque meteórico; 4-1. Habrá quinto gol para Posta; y también habrá un segundo gol para Supernova al rematar de cabeza el sueco más imprevisible de todos los tiempos un córner lanzado por el más gancho. El gol final de Mats cerraba el partido, la primera vuelta y despedía el año.
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