BAR MARI 5 - SUPERNOVA.ES SSRC 2

La noche no había empezado nada bien. El partido acababa de terminar con una clara derrota, y lo que podía haber sido una celebración exultante en el Nou Víctor, comenzó siendo una discreta velada. Gestos de resignación y pequeñas conversaciones de tono bajo eran fiel reflejo de la frustración por el resultado. Lo que ignoraban los noctámbulos (salvo alguna excepción) es que habían ido a parar a los dominios de Francisco. El buen restaurador no tardó en ofrecer a los comensales el mejor antídoto contra la hipocondría: un jamón serrano de chuparse los dedos y un vino de Rioja que no le iba a la zaga. Y así, reconfortado el estómago, se obró el milagro. La conversación subió de tono, se habló de proyectos de viaje, e, incluso, afloraron las risas en el repaso del partido. A la altura de los licores, los noctámbulos ya tenían claro que la noche se hacía joven por momentos. - ¿Dónde podemos ir a tomar algo por aquí cerca?. - Detrás de la iglesia- contesta el buen restaurador. La explicación es clara, pero el camino será tortuoso. Los noctámbulos, ya con mejor ánimo, caminan en pos de una iglesia que no acaban de encontrar. El frío no invita a salir, y las calles, completamente vacías, tampoco permiten albergar la esperanza de encontrar otra ayuda que no sea la propia búsqueda. Así es al menos hasta que aparece un guardia urbano benefactor que, mientras enciende su pipa de fumar, tendrá a bien indicar el camino correcto. Los noctámbulos agradecen la ayuda, y alguno de ellos observa el buen papel que (con pipa incluida) haría el benefactor como observador secreto del comité. Por fin una altísima pared blanca coronada por una cruz se alza ante los noctámbulos. Acaban de dar con la iglesia; sin embargo, y para su sorpresa, detrás de ella no hay nada. Contrariados, los noctámbulos dan media vuelta dispuestos a desandar lo andado en la soledad de la noche, cuando una presencia llama su atención. Un joven acaba de aparcar su coche y camina en sentido contrario al de los expedicionarios. De nuevo la misma pregunta: - ¿Hay algo abierto por aquí? El joven contesta negativamente. Los noctámbulos agradecen la respuesta y se disponen a proseguir su marcha, cuando la voz del extraño llama de nuevo su atención: - ¡Una pregunta! Todos se vuelven hacia el muchacho que luce en sus ojos un brillo no advertido con anterioridad.
- ¿Sois vosotros, acaso, el mítico Supernova?
Y sin esperar respuesta, el muchacho da media vuelta y desaparece, mientras el eco de su pregunta resuena en mitad de la noche.

En un mal comienzo de partido de los de Sitges, Bar Mari se adueña del balón y pronto comienza a llegar con peligro a la portería rival. Tan pronto que apenas en un cuarto de hora ya contará con ventaja de dos goles al aprovechar otros tantos contraataques para batir a Rodrigo; 2-0. Difícil se le ponen las cosas a los de Sitges que, pese al marcador en contra, son capaces de reponerse y presionar a su rival en busca del gol que acorte distancias. Bar Mari no llegará a la portería rival en lo que quede de primer tiempo, y Supernova gozará de sus oportunidades. La primera será a lanzamiento de córner del káiser, pero el balón se pasea por la portería sin encontrar rematador. La segunda vendrá en otro córner que acabó con remate un tanto forzado con la poco diestra pierna derecha de Demolition Man. Entre ambas ocasiones el árbitro detiene el juego dentro del área de Bar Mari tras una patada recibida por el zurdo de oro en el cuello. Afortunadamente el zurdo de oro pudo mantener el cuello en su sitio, mientras el árbitro, salomónicamente, señalaba bote neutral con el argumento de que, aunque sí hubo estacazo, no hubo maldad (circunstancia esta muy de agradecer en estos tiempos que corren). Con este resultado finalizaba una extraña primera parte.

En el segundo tiempo los de Sitges salen decididos a recortar distancias reforzando el ataque con la presencia del mágico Algote y el zorro del Nervión. Pronto llegarían las ocasiones. Un remate de cabeza a quemarropa de Andresito es enviado a córner por el portero de Bar Mari en una parada deslumbrante. Lo que sí llegó , en cambio, fue el tercer gol local al interceptar un jugador un pase a Rodrigo; 3-0. Sebas hace magia, se cuela entre toda la defensa, pero su remate cruzado se marcha fuera, muy cerca del poste izquierdo de la portería de Bar Mari. Llegan dos goles más para los locales que dibujan un marcador parcial muy doloroso para los de Sitges que el cronista evitará reflejar en su crónica. En los minutos finales dos faltas al borde del área favorables a Supernova permitirán a Sebas marcar dos goles tan calcados, como extraordinarios; 5-2. En la última jugada del partido otra maravilla del mágico finaliza con un pase de la muerte que remata el sueco más imprevisible de todos los tiempos. El chut de Mats se marcha fuera muy cerca del poste. Esta acción pone fin al encuentro y da paso a una cena de equipo que, la verdad sea dicha, no empezaba nada bien.