Raúl Basas |
17-11-2008 19:07
Es muy probable que el lector considere poco adecuada la cita para el encabezamiento de lo que pretende ser una crónica deportiva, pero el caso es que con parecidos argumentos se desarrolló en el vestuario del Supernova una interesante tertulia cinéfila en la que se comentó alguno de los más destacados títulos del género escatológico, amén de algún que otro suceso real de naturaleza excrementicia. Sospecha el cronista que esta charla, aparentemente trivial, resultó sin embargo decisiva para el desenlace final del encuentro al proporcionar al equipo supernovesco la dosis necesaria de buena suerte que habitualmente se atribuye a este tipo de tropiezos; porque, ¿acaso ignora el lector que el hecho de pisar unas heces constituye un acontecimiento que augura toda clase de bondades para el afortunado caminante? ¿Y no es menos cierto que el ingenioso gremio de la farándula utiliza el dicho "mucha mierda" como sincera expresión de los mejores deseos corporativos? Pues del mismo modo, el trasunto diarreico de la conversación previa ejerció de amuleto supernovesco en una fría noche de fútbol cuya crónica comienza en el párrafo que sigue a continuación.
Pese a que desde los primeros instantes el dominio futbolístico correspondió al equipo de Sitges, liderados en esta ocasión por el Guaje, estilete ofensivo del equipo local y verdadero artífice de la tertulia precedente, las primera ocasiones claras cayeron del lado de Tacó que pudo marcar en un par de acciones claras que acabaron con el balón paseándose por delante de la portería del mítico Rorro Leiva sin que nadie llegara a rematar en lo que resultaron ser primeros efectos benéficos de la elevada conversación del vestuario. Miguel Hombre-Bala Polanco emprende una de sus vertiginosas carreras en pos de un balón claramente favorable al portero de Tacó. Cuando parece que éste se hará con la pelota sin mayores problemas, tal vez un brillo acerado en la mirada del Hombre-Bala aterroriza al portero visitante que, presa de los nervios, deja escapar el balón que cae a los pies de Miguel; éste cede la pelota a Michel, el Cohete de Maracaibo, para que adelante a los de Sitges con su remate a puerta vacía; 1-0. El juego exhibido hasta ese momento no estaba resultando especialmente del agrado del público, que no abarrotaba las gradas, sino más bien todo lo contrario. Sería el León Donostiarra quien pusiera fin a tantas imprecisiones. Cosme, hasta ese momento dedicado casi en exclusividad a la noble tarea de despejar contundentemente toda bola que cayera por sus dominios, determina emular al mítico Luiz Pereira al acometer una serie de quiebros de elevada factura cuya inercia somete al donostiarra a una incuestionable deriva hacia la izquierda. El campo parece agotarse ante tamaña sucesión de regates, cuando en el momento final de la trayectoria, el León Donostiarra envía con su pierna siniestra un prodigioso pase en profundidad al Cohete de Maracaibo que, aprovechado adecuadamente, supondrá el segundo y maravilloso gol del Supernova con el que concluía la primera parte; 2-0.
Los visitantes adelantan líneas tratando de acortar distancias para volver a meterse en el partido y someten al equipo supernovesco a una presión, si no agobiante, al menos sí fastidiosa. Es en ese momento cuando emerge la figura deslumbrante del mítico Rorro Leiva que resolverá tres acciones ofensivas de Tacó con otras tantas paradas altamente meritorias. Los de Sitges no acaban de encontrarse en el campo en esta segunda parte, lo cual no impedirá que lleguen a la portería rival en forma de córner cuyo lanzamiento tendrá un desenlace que sentencie definitivamente el partido. Tal vez alguna vieja consigna oída al gran Benito Floro provoca que el Guaje lance el córner, no al punto de penalti tal y como manda la ortodoxia, sino al borde del área en busca de algún remate del tipo demoledor. Eso es lo que iba a ocurrir. El Guaje centra y la pelota cae al borde del área en el preciso lugar en que se encuentra Esteban que, sin dejarla botar, empalma un boleón de tal contundencia que hará inútiles los esfuerzos del portero de Tacó en lo que fue otro gran gol para el equipo local; 3-0. Combinación de alta precisión entre el Zorro del Nervión y el Zurdo de Oro. Cesc lanza un pase en profundidad aprovechando la defensa adelantada de Tacó y Endika, saliendo desde su propio campo, acomete una sensacional galopada que culminará con un preciso centro al área para que el Guaje, que acompañaba la jugada, marque a puerta vacía en lo que resultó ser un contraataque y un gol de manual; 4-0. El marcador no sufriría ningún otro cambio, aunque aún pudo marcar el Zorro del Nervión en un chut tan lejano como intencionado que el portero de Tacó resolvió con una sensacional parada. También pudo marcar Sebas Leiva pero su remate forzado se marchó muy cerca del poste izquierdo de la portería de Tacó. Con esta acción acaba la crónica de la primera victoria del Supernova en la liga. Que siga la racha.
Raúl Basas.
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