Magda Bandera |
21-04-2005 13:52
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Creo que me voy a donar a la ciencia por si pueden incluirme en alguna investigación de entramados neuronales. No es la primera vez que me pasa. Ya lo he explicado alguna vez en esta bitácora. De repente, necesito una cura de desintoxicación de actualidad. Nushu decía en un comentario que le pasaba algo semejante. ¿Nos apuntamos a un laboratorio de Houston para ver si nos explican por qué nos sucede esto? ¿Qué tipo de resorte cerebral se ha encendido y bloquea el departamento de curiosidad, sección noticias, planta de política mundial?
Esta dolencia dura unos días. Y digo dolencia, porque realmente me duele. No lo llevo bien. Aún soy periodista. ¿Qué pasaría si un panadero sufriera de repente una alergia a la harina?
Pues eso, que ayer de repente tenía ganas de describir la orgásmica sensación de desenvainar unos guisantes. Hablar de esos pequeños detalles de la vida que te hacen feliz. Todo muy new age y autoayuda. ¡Me asusté de veras! Cierto que hacía tiempo que no compraba guisantes primitivos en el mercado y que me puse mística abriéndolos y comiéndome las bolitas. Apenas si recordaba que existe una versión no congelada de esta verdura. Pero muy fuerte me pareció que tal "redescubrimiento" me impulsara de aquel modo a escribir un post dedicado a los guisantes. Me han dicho que así empiezan las grandes alienizaciones.
Por suerte, me reprimí. Pero no sé si fue a causa del cansancio que me provoca quedarme escribiendo hasta las cinco de la mañana. Puede que también haya influido el hecho de que hace diez días abrieron un pequeño bar cerca de mi casa y he vuelto al café. Me tomo dos al día y charlo un ratillo con Ana, la propietaria. Unas conversaciones que tienen mucha miga, sobre todo cuando se añade algún vecino. Es un Cheers muy agradable, una especie de bitácora oral en la que cada cual suelta su post del día. Los blogs de antes se llamaban bares*.
Pues bien, esta mañana he ido a tomarme un cortadito antilegañas y los ojos se me han abierto de golpe al leer la entrevista que Lluís Amiguet le ha hecho a Juanma Bajo Ulloa en "La Contra" de La Vanguardia. Destaco algunas frases y recomiendo su lectura. Así después podemos comentarla como si estuviéramos en el bar de Ana.
- "El problema vasco no es el terrorismo, es el sexo"
- ¿Por qué tenemos vuelo directo desde Bilbao a La Habana durante meses?
- El alcohol, por ejemplo, te permite olvidarte de tí mismo; los porros también. No te soportas y por eso bebes o fumas: para olvidar tus problemas. En cambio, la coca es un sustituto del éxito. Y el afecto, en el fondo, también es una droga.
-Por eso lo que le decía de las chicas. Son profesionales en eso: quedan con sus amigas para tocarse y hablarse todas a la vez. No tienen que escucharse entre ellas por turnos como nosotros uno detrás de otro. Se cuentan sus historias a la vez y hacen su terapia: yo he visto quince chicas largando todas al mismo tiempo... ¡Y contentas! Afortunadamente vamos a la convergencia de sexos.
-Sólo los frustrados quieren ser famosos. La gente normal se conforma con que le quieran en su casa...
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