Magda Bandera |
09-07-2005 00:19
1. No conseguirán acabar con nuestros valores, nuestra libertad, nuestra democracia y nuestra forma de vivir. El latiguillo se repite una y otra vez. Quien no la pronuncia se convierte en sospechoso de no se sabe qué delito. Ahora bien:
a) Nuestros valores. Después de colgar el post de ayer me fui a comer con mi familia. Estuvimos viendo el telediario. Tras unos minutos hablando de las víctimas y las declaraciones de firmeza de Blair sobre los valores, la presentadora habla de nuestros valores de verdad, los de la Bolsa. ¡Había bajado! Obscena la asociación de noticias. Después vino el petróleo. Había bajado, ¡oh, sorpresa! De repente, me acordé de cierta responsable de Asuntos Exteriores explicando las razones por las que valía la pena ayudar a los invasores de Irak. Más allá del libre mercado no sé de qué valores están hablando. Si uno de esos valores es el "ojo por ojo", recuerdo que no lo inventamos precisamente por aquí...
b) Nuestra libertad. Desde luego, aquí tenemos muchísima más libertad que en los países donde nacieron los terroristas, sobre todo las mujeres. Aunque la Patriot Act de EE.UU. haya recortado sustancialmente las libertades personales de los súbditos estadounidenses, pueden seguir manifestándose, protestando, no se lapida a nadie por ser infiel (aunque cuelgan las fotos de quienes pagan a prostitutas) y se puede votar a diferentes partidos que defienden lo mismo y están pagados por los mismos. Obviando estos pequeños detalles y realidades como que en la Rusia de Putin quienes se manifiestan contra su política pueden pasarlo realmente mal, analicemos otros usos de esa supuesta libertad. ¿Es la misma que empleamos para invadir países e imponerles sistemas económicos y políticos? ¿De lo que se habla es de acabar con nuestra libre elección para invadir los países que libremente escogemos?¿Por qué Libia sí y Cuba no?, le preguntaron a alguien en su momento. Todos sabemos qué respondió. Eso es libre albedrío, lo demás, tonterías.
c) Nuestra democracia. Que yo sepa en los comunicados de Al Qaeda no nos están amenazando con masacrarnos si no establecemos una dictadura de corte fundamentalista en la UE o el mundo civilizado. Están exigiendo (ilícita y bastardamente) otras cosas, pero nadie parece comentarlas. No he oído a Blair decir que los asesinos no conseguirán que Gran Bretaña se vaya de Irak y Afganistán. Es mejor desviar la atención. También podrían decir quieren acabar con nuestros transportes públicos y nuestras ganas de viajar a Egipto. Seguro que no colaría, en cambio la palabra democracia es mágica. Estamos muy orgullosos de ella, tanto que hay quien incluso se cree que es representativa. Por tanto, no hace falta mejorarla. Más bien rebajamos sus límites, porque admitir a Putin* entre los defensores de la democracia es una burla más patética que oír hace unos días a Bush decir que los presos de Guantánamo tendrán un juicio justo.
2. Firmeza y unidad. Esta expresión también se repite machaconamente. Hombres duros e indoblegables nos guiarán hasta la victoria final. Son incapaces de la autocrítica y admitir que la cosas se les está escapando de las manos. Según ellos, todo lo están haciendo bien. Lo vemos a diario.
Anoche oí hablar en la última edición de las noticias de Tele5 sobre Occidente. Cuidadito con las palabras. Ha calado el mensaje de que esto es un choque de civilizaciones y culturas. Gran eslogan. Recuerdo ahora que hace unos días el escritor Salah Jamal decía en el suplemento de Libros de El Periódico que las personas cultas no chocan nunca entre sí. No existe el choque de culturas, es un choque de ignorancias.
Parece que nadie piensa abordar la lucha contra el terrorismo de un modo distinto al actual. No piensan reconocer el fracaso de esta estrategia. O tal vez no lo sea tanto, al menos para algunos. A Putin su presunta guerra contra el terrorismo le ha ido de perlas para permanecer en el poder. ¿Alguien más estará beneficiándose de esta amenaza, del miedo global?
Lo más sensato que han dicho es que responderán con los servicios de inteligencia. Preferiría que hubieran dicho que responderán con inteligencia. Porque, ¿alguien podría definir qué es un servicio de inteligencia? ¿La sirven en pequeñas porciones? Tal vez pasan demasiado tiempo pensando en qué estarán haciendo/planeando los demás y no a PENSAR de veras.
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