TRAMUNTANA

Recientemente he estado unos días por tierras del Empordà, lejos del mundanal ruido, de las voces discrepantes, los fantasmas del pasado y los desastres del presente.

He querido aislar los pensamientos. Airearlos un poco. Si. En un principio se los llevó el viento pero después de tres días sin pausa han terminado por presentarse de nuevo. No me extraña nada la fama de las personas expuestas a la tramuntana. La obra de Dalí llega a ser hasta “razonable”. Es el resultado lógico ante esos vientos cansos e insistentes. Como el de los discursos catastrofistas de los defensores de la “unidad”. Esos que no dudan en presentarse ante la valla de Marruecos para hacerse la foto con los olvidados... Los nostálgicos de la derecha vislumbrarán en la foto de Rajoy el mensaje subliminal de que los alzamientos vinieron desde el continente africano.

Tramuntana de viejos y truculentos fantasmas. Sombríos y lúgubres mensajes del desastre del desmembramiento de la “nación”. ¿Qué nación? ¿Aquella que esclavizó, mató, exterminó y expolió a los indios? ¿La de la Santa Inquisición? ¿La que mediante un golpe de estado arrancó el poder de un gobierno elegido democráticamente en la República? ¿La España de los toros? ¿La España de la selección Española y Manolo el del bombo...? No señor, basta ya de tanto tragar. España no es solo Madrid. No es solo recaudar el dinero de las provincias para que vivan de lujo unos pocos. Han creado todo un aparato de propaganda en contra de los catalanes. La catalanofobia, esa que nos esclaviza. No somos los sirvientes de la casa grande de la novela de los Santos Inocentes. No somos insolidarios, peseteros y tacaños a la vez cuando hemos sido esquilmados de forma sistemática. Y encima estamos mal vistos. Es retorcido.

Nos señalan como a los judios en la Alemania nazi. No es justo y no nos quieren. Y si no nos quieren uno tiene derecho a rehacer su vida. Esa es la visión de España, la del maltrato de género. Catalunya es como una mujer maltratada que busca rehacer su vida pero su marido no la deja escapar. El país del Perro del Hortelano. Su país, ese que tanto nombran, es un país de pena, que despilfarra los recursos, que esta a la cola en la investigación y a la cabeza en el pelotazo, la especulación y que se opone al desarrollo de sus “barrios” periféricos.

Es la hora de que ese viento pare, el azote de Bushes, Aznares, Acebes, Zaplanas, Rajoyses, Ibarras y ultraderechistas de toda la vida. ¿Qué van a hacer, movilizar al ejercito? ¿Invocar a los viejos fantasmas de la guerra civil? ¿Qué se creen, que alguien va a coger un fusil? ¿La maté porque era mía...? No señores, hemos aprendido la lección, solo con la democracia, con el diálogo, con la libertad, con el sentido común, con la igualdad y la justicia lograremos recuperar la dignidad del pueblo catalán. Si no es este año será el siguiente y si no, al otro, pero tarde o temprano lograremos ser libres. Ser dignos, porque de eso se trata, de pura DIGNIDAD.

Y un día la tramuntana parará y la vida volverá a ser normal y uno se preguntará cómo es posible que se pueda llegar hasta maldecir una tierra y un paisaje tan bello como el Empurdán, en esos días de fuerte tramuntana.