Magda Bandera |
01-02-2007 14:22
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Viendo la ceremonia de entrega de los Goya me he acordado de la teoría sobre el "síndrome del estatus", de Michael Marmot (The Status Syndrome). Al parecer los nominados a los Oscar que no obtienen finalmente el galardón viven menos años que los ganadores. Esta conclusión, estadísticamente probada, podría parecer una anécdota si no fuese porque es sólo la guinda a un trabajo de años que ha demostrado cómo la salud depende de muchos factores.
Supe de los estudios de Marmot a través de la fotógrafa Tatiana Donoso, que vio cómo Eduard Punset lo entrevistaba en el nocturno "Redes". Su libro me ha servido como documentación para el catálogo de la exposición sobre emigración, alimentacióny estatus que inauguraremos este jueves en Zaragoza ("Soy el que come. Eres el que me come. Somos lo que comemos").
Durante los últimos meses he estado muy perdida trabajando en este proyecto, que nos ha llevado a Senegal, Mauritania, las Islas Canarias, Zaragoza y Barcelona siguiendo la ruta de los subsaharianos que intentan arribar a las costas españolas. A lo largo de este trayecto, hemos estado comiendo y entrevistado a decenas de emigrantes y a las personas que encuentran a lo largo de su camino. Ha sido toda una experiencia compartir esos almuerzos con ellos, entrar en sus casas y ver cómo cambian sus dietas, sus costumbres, sus preocupaciones. Esos platos de comida dicen muchas cosas, tanto los del senegalés repatriado como las del agente de la Guardia Civil -cuerpo encargado de vigilar las fronteras-, el ministro de la Juventud de Senegal o el alcalde de L'Hospitalet (con un 23% de emigrantes).
Las fotografías de Tatiana retratan a los protagonistas de esta historia, sus platos de comida y los lugares donde transcurren esas comidas. A continuación, hemos comparado las calorías que ingieren y esas cantidades (aproximadas) explican muchas cosas. Espero que podamos organizar pronto una página web con todos los retratos. Hasta entonces iré reproduciendo algunos de los textos del catálogo.
Cuestión de estatus
El sentido común acierta al establecer una relación entre nivel socioeconómico y esperanza de vida. Numerosos informes así lo corroboran desde hace años. Sin embargo, muchas personas de clase baja se consuelan pensando que los hombres de negocios hiperactivos tienen serios problemas de salud. Entre otros, muchas más probabilidades de morir por un ataque de corazón a causa del estrés.
Sin embargo, los últimos estudios parecen indicar lo contrario. Uno de ellos, realizado por el Hospital Saint Thomas de Londres y publicado en el 2006, asegura que las personas de clase baja con problemas económicos viven hasta siete años menos que las que ocupan posiciones más acomodadas en esa misma sociedad. Ello se debe a que la incertidumbre y el estrés deterioran las células y provocan su envejecimiento prematuro.
En su libro Status Syndrome, el profesor de salud pública en la University College de Londres Michael Marmot llega a una conclusión similar. Tras estudiar durante años los historiales de los trabajadores de la Administración Pública británica, él y su equipo comprobaron que los funcionarios que ocupaban el escalafón más bajo de la jerarquía tenían cuatro veces más probabilidades de morir a causa de una cardiopatía que los que se situaban en la cúspide, varios grados arriba. Sin embargo, lo más sorprendente, es que el riesgo disminuía progresivamente a medida que se ascendía de un nivel a otro.
Los funcionarios del primer nivel, el más bajo, no tenían problemas para cubrir sus necesidades básicas. Ello demuestra que a partir de ciertos ingresos, el dinero influye poco en la esperanza de vida. Por el contrario, el factor que más incide sobre nuestra salud es la imagen que tenemos de nosotros mismos, la sensación de autonomía y control sobre nuestras propias vidas y las oportunidades de participar activamente en nuestra sociedad. En otra palabras, la autoestima.
Como ejemplo de ello, Marmot cita un ejemplo curioso. El epidemiólogo ha comparado la esperanza de vida de los actores que fueron candidatos a un Oscar y no colonsiguieron con la de aquellos que sí lo lograron. La estadística dice que los perdedores viven cuatro años menos de media que los ganadores.
Tal vez por este motivo, la Academia decidió cambiar la vieja fórmula and the winner is... por and the Oscar goes to.
Por cierto, suerte que las mujeres tenemos por lo general buena salud y larga esperanza de vida, porque con el tema de la autoestima y el prestigio lo tenemos crudo para prolongar nuestra existencia. Una vez más, visito la web del programa Àgora (Canal 33) para ver quiénes están invitados esta noche a debatir sesudas cuestiones. El tema es: "Socialistes i populars haurien de deixar les seves diferències i pactar les grans qüestions d'estat?". Los invitados:
Juan Cruz, Joan Carles Girauta, Enric Sopena y Germán Yanke. Cuatro de cuatro. Exactamente la misma proporción que la semana pasada
Supe de los estudios de Marmot a través de la fotógrafa Tatiana Donoso, que vio cómo Eduard Punset lo entrevistaba en el nocturno "Redes". Su libro me ha servido como documentación para el catálogo de la exposición sobre emigración, alimentacióny estatus que inauguraremos este jueves en Zaragoza ("Soy el que come. Eres el que me come. Somos lo que comemos").
Durante los últimos meses he estado muy perdida trabajando en este proyecto, que nos ha llevado a Senegal, Mauritania, las Islas Canarias, Zaragoza y Barcelona siguiendo la ruta de los subsaharianos que intentan arribar a las costas españolas. A lo largo de este trayecto, hemos estado comiendo y entrevistado a decenas de emigrantes y a las personas que encuentran a lo largo de su camino. Ha sido toda una experiencia compartir esos almuerzos con ellos, entrar en sus casas y ver cómo cambian sus dietas, sus costumbres, sus preocupaciones. Esos platos de comida dicen muchas cosas, tanto los del senegalés repatriado como las del agente de la Guardia Civil -cuerpo encargado de vigilar las fronteras-, el ministro de la Juventud de Senegal o el alcalde de L'Hospitalet (con un 23% de emigrantes).
Las fotografías de Tatiana retratan a los protagonistas de esta historia, sus platos de comida y los lugares donde transcurren esas comidas. A continuación, hemos comparado las calorías que ingieren y esas cantidades (aproximadas) explican muchas cosas. Espero que podamos organizar pronto una página web con todos los retratos. Hasta entonces iré reproduciendo algunos de los textos del catálogo.
Cuestión de estatus
El sentido común acierta al establecer una relación entre nivel socioeconómico y esperanza de vida. Numerosos informes así lo corroboran desde hace años. Sin embargo, muchas personas de clase baja se consuelan pensando que los hombres de negocios hiperactivos tienen serios problemas de salud. Entre otros, muchas más probabilidades de morir por un ataque de corazón a causa del estrés.
Sin embargo, los últimos estudios parecen indicar lo contrario. Uno de ellos, realizado por el Hospital Saint Thomas de Londres y publicado en el 2006, asegura que las personas de clase baja con problemas económicos viven hasta siete años menos que las que ocupan posiciones más acomodadas en esa misma sociedad. Ello se debe a que la incertidumbre y el estrés deterioran las células y provocan su envejecimiento prematuro.
En su libro Status Syndrome, el profesor de salud pública en la University College de Londres Michael Marmot llega a una conclusión similar. Tras estudiar durante años los historiales de los trabajadores de la Administración Pública británica, él y su equipo comprobaron que los funcionarios que ocupaban el escalafón más bajo de la jerarquía tenían cuatro veces más probabilidades de morir a causa de una cardiopatía que los que se situaban en la cúspide, varios grados arriba. Sin embargo, lo más sorprendente, es que el riesgo disminuía progresivamente a medida que se ascendía de un nivel a otro.
Los funcionarios del primer nivel, el más bajo, no tenían problemas para cubrir sus necesidades básicas. Ello demuestra que a partir de ciertos ingresos, el dinero influye poco en la esperanza de vida. Por el contrario, el factor que más incide sobre nuestra salud es la imagen que tenemos de nosotros mismos, la sensación de autonomía y control sobre nuestras propias vidas y las oportunidades de participar activamente en nuestra sociedad. En otra palabras, la autoestima.
Como ejemplo de ello, Marmot cita un ejemplo curioso. El epidemiólogo ha comparado la esperanza de vida de los actores que fueron candidatos a un Oscar y no colonsiguieron con la de aquellos que sí lo lograron. La estadística dice que los perdedores viven cuatro años menos de media que los ganadores.
Tal vez por este motivo, la Academia decidió cambiar la vieja fórmula and the winner is... por and the Oscar goes to.
Por cierto, suerte que las mujeres tenemos por lo general buena salud y larga esperanza de vida, porque con el tema de la autoestima y el prestigio lo tenemos crudo para prolongar nuestra existencia. Una vez más, visito la web del programa Àgora (Canal 33) para ver quiénes están invitados esta noche a debatir sesudas cuestiones. El tema es: "Socialistes i populars haurien de deixar les seves diferències i pactar les grans qüestions d'estat?". Los invitados:
Juan Cruz, Joan Carles Girauta, Enric Sopena y Germán Yanke. Cuatro de cuatro. Exactamente la misma proporción que la semana pasada
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