Gana Boric en Chile, el candidato que habla con las comunidades

Tras un proceso de elecciones lleno de amenazas, boicots y dificultades. Ayer, durante la jornada electoral, redujeron el trasporte público en las zonas del país más pobres, tratando de impedir la participación. Pero la gente se organizó, los coches se compartían, los taxis también, e incluso los trasportes escolares salieron a buscar a las personas que se habían quedado sin transporte, a pesar de que lo desmintieron sin cesar en los medios.

En Chile gana una nueva izquierda frente a la extrema derecha de Kast en la segunda vuelta de las elecciones. Por fin, después de décadas de silencio, de zombis durmientes, Chile despierta. Todo empezó con las revueltas sociales del 2011, el 15M.

Siguieron las protestas estudiantiles, bajo la mirada burlesca del presidente Piñera durante sus dos mandatos. Siguió el estallido social de 2019, el plebiscito por un proceso de nueva Constitución, y hoy, por fin, llega el verdadero cambio. Un nuevo partido.

Tras muchas dificultades para llegar al escenario de la Alameda, plagado de gente y con poca ayuda de la escolta y menos aún de los carabineros (policía), tuvo bajarse del coche, e ir a pie el último tramo, e incluso tuvo que saltar la valla para poder acceder al escenario, pero lo hizo. (Muy simbólico, no?)

Gana un chileno de Magallanes, con 35 años, el presidente más joven de la historia y pertenece a la primera generación de la democracia chilena. “Heredero de un proyecto con una larga trayectoria histórica de construcción y defensa de los DDHH, de la búsqueda incansable de la justicia social, defensor de la democracia y de las libertades” . En definitiva, defensor de la transformación social. Pero no gana él, ganan muchas más, así lo dijo en su discurso: “entran destruyendo el despotismo ilustrado -"todo para el pueblo, pero sin el pueblo"- y en el gobierno, no solo entra el partido, sino que entra el pueblo.”

Boric empezó el discurso dando as gracias a los niños y niñas que llenan de llenaron de esperanza y dibujos la campaña, habló del respeto de los derechos humanos, del derecho a la vivienda, de recuperar las plazas, de cuidar el medio ambiente como gran prioridad y los efectos que genera el cambio climático en las personas. Habló también del protagonismo de las mujeres y las organizaciones feministas, de eliminar la herencia patriarcal, de recuperar la calle para los niños y niñas y no los coches, de desigualdad e igualdad hacia arriba, sanidad pública universal y eliminar las AFP (sistema privado de pensiones). Se comprometió con la redistribución justa de la riqueza, de educación pública donde los derechos sean derechos y no un negocio en el país más neo-liberal del mundo. Increíble, pero cierto.

Como rezaba la campaña, hoy la esperanza ganó al miedo.

No va a ser un camino fácil, va a ser complicado, mucho, ya lo hemos vivido antes. Este cambio llega en medio de una pandemia y una crisis mundial. Pero hacía décadas que no se escuchaban estas palabras desde el gobierno, y menos aún desde la presidencia chilena, así que aunque sabemos que todo esto irá lento, y que quizás muchas de estas ideas se destruyan (no diluyan) por el camino, por ahora, es un gusto.

Es un día histórico que sin duda dará un giro al país y la esperanza, y permitirá que siga el proceso constituyente, que será aún más importante que estas elecciones. Esperamos indultos a los jóvenes que lucharon por la educación y esperamos poder revertir el sistema económico actual que ahoga a la mayoría de la población chilena. Y esperamos, claramente, muchas piedras en el camino. Ahora, crucemos los dedos para que empiecen a suceder estas promesas de cambios profundos y brindemos con alegría y esperanza

"Justicia, verdad, no a la impunidad". Gritaba la Alameda.

Teresa Cataldo