Vejada y humillada

Esto es lo que sentí con el trato que una agente de policía local de El Vendrell me obsequio en vísperas de navidades por estacionar unos segundos en una plaza de minusválido para que mi marido me recogiera. No obstante admito mea culpa...

Agresividad verbal, trato dictatorial, incitación a la violencia, provocación al desacato, actitud chulesca, falta de respeto... No quisimos seguir su juego ni caímos en su trampa, sentí en esos momentos que “sino agachaba la cabeza” sacaba la pistola. Nos recordó películas de otra época.

Espero que estas lineas sirvan para que el alcalde y el jefe de policía, encabecen a esta agente y que otras personas no sufran las vejaciones y humillaciones, por las que nos hizo pasar a nosotros.