
-
Tribuna
-
Francesc Vázquez
- Calafell
- 22-07-2015 12:45
Catalunya, sí que es pot. Eix
Dona suport al periodisme local col·laborant amb nosaltres i fes-te’n subscriptor per només 3€ al mes sense permanència.
Es lo que tiene un diario de campaña, uno no planifica los temas a desarrollar, le vienen impuestos por la realidad del día a día. Ayer anticipaba en este diario de campaña, que hoy habría una rueda de prensa en Barcelona para anunciar Catalunya, sí que es pot (Catalunya, sí se puede), la candidatura integrada por Podem, ICV, EUiA y Procès Constituent.
En el acto de hoy en la antigua fábrica Fabra i Coats, en el barrio barcelonés de Sant Andreu, han intervenido Gemma Ubasart, secretaria general de Podem Catalunya; Dolors Camat, portavoz de ICV, y Joan Josep Nuet, líder de EUiA, la tercera pata de esta alianza.
“Queremos construir una Catalunya diferente y el preacuerdo de hoy es solo el inicio de un proceso en el que esperamos que se sume más gente”, ha afirmado Gemma Ubasart. Un mensaje dirigido a otras plataformas de la izquierda catalana, como Procès Constituent, la cuarta pata de este proyecto y que está a la espera de que la asamblea de esta formación avale la candidatura de confluencias.
La cuestión radica en si la confluencia es buena o no. Pero la confluencia en sí misma no es buena ni mala, depende de cómo se haga y del resultado final que se obtenga. Se trata, en definitiva, de una opción instrumental cuya finalidad es disputar el gobierno de la Generalitat desde una alternativa de izquierdas ganadora.
Para el Consejo Ciudadano de Podemos, con Pablo Iglesias al frente, la estrategia electoral pasa por ampliar el tablero de juego, con la incorporación de otras fuerzas políticas al proyecto común de regeneración democrática que propone Podemos. Este planteamiento tiene su riesgo, que en el caso de Catalunya es doble. Una apuesta alternativa a una candidatura soberanista agrupada alrededor de Artur Mas, Oriol Jonqueras, la ANC y representantes de la ciudadanía que están a favor de la independencia, es un reto difícil. Y más con el apoyo incondicional de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), con TV3 y Catalunya Radio al frente.
Por otra parte, incorporar al proyecto común a personas como Joan Coscubiela, sindicalista que lleva en política desde 1995, o la monja benedictina Teresa Forcades, tiene sus riesgos. Y en Podemos, esto se traduce en un rechazo frontal por parte de la gente que nos encontramos más a la izquierda del proyecto transversal que representa Podemos.
No dudo de la capacidad de Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y Carolina Bescansa en articular una alternativa fuerte y ganadora. Pero en mi opinión, la cúpula de Podemos no entiende la diferencia singular que representa Catalunya. Sin esta singularidad, ¿cómo se entiende que haya personas nacidas en Catalunya, cuya lengua vehicular es el catalán y que somos de izquierdas y que, sin embargo, no apoyamos a ERC o a la CUP? Quizás porque ser nacionalista y de izquierdas es un oxímoron.
Pero esto merece un comentario aparte.
El periodisme de proximitat necessita del compromís dels seus lectors per defensar un periodisme més independent, lliure i plural.
Subscriu-te ara!