El torrente-cloaca de la playa del far

Todos los que van a playa del Far deben cruzar ese lamentable torrente y al hacerlo, no se puede evitar una mueca de repugnancia ante el olor y la visión de la porquería que permanentemente hay en el cauce. Últimamente se limpia con mayor frecuencia que antaño pero, aún así, el resultado es claramente insuficiente. El torrente y su entorno sigue siendo un lugar descuidado, que causa asco y también vergüenza de vivir en un lugar que tiene una cloaca, de facto, en medio de las viviendas.

Es mucha la basura que arrastran las riadas. A las aguas de las lluvias en los montes y a de la de la red de alcantarillas, se les une las aguas sucias de las cloacas de media ciudad y los terribles escapes de la depuradora. Fangos hediondos y miles de pañuelos de papel y  compresas quedan el los márgenes del torrente durante meses, a pesar de las limpiezas ejecutadas por el Ayuntamiento.

Los programas de limpieza no han funcionado, ni parece que, únicamente con la limpieza municipal, se vaya a resolver el problema.

Se impone cubrir el cauce del torrente, lo suficiente como para evitar definitivamente los olores y ahorrar a los ciudadanos la  degradante visión del lugar. Hacer algo parecido a lo hecho con el tramo de la Pastera y hoy transformado en la Rambla del Far.

Hasta hace bien poco, esta parte de Vilanova era considerada como que poco tenía que ver con el resto de la ciudad y los sucesivos Ayuntamientos la fueron dejando a su suerte. Pero los tiempos han cambiado a mejor,  y con él la zona y la atención municipal. Pero, así y todo, esa cloaca está ahí y es inaceptable. Hay que tapar parcial o totalmente esa cloaca, para neutralizar su vergonzosa influencia.