Bancs i caixes

Desertización y deshumanización bancaria - Radiografía de una comarca: el Garraf

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En el último año, se ha empezado a hablar mucho de la brecha digital en los medios de comunicación. La pandemia ha agudizado el problema obligando a limitar más los contactos entre personas y servicios. La brecha digital afecta a muchos sectores, pero uno de los más visibles es el sector bancario. En septiembre de 2008, se alcanzó el máximo histórico de 46.118 sucursales. Con la crisis económica del 2008, las entidades de depósito entraron en crisis fusionándose / absorbiéndose entrenando una reducción del número de entidades bancarias y de sus sucursales, así como del personal bancario. Además, últimamente ampliado por la pandemia se empujó la digitalización de los procesos bancarios, así como la reducción del número de sucursales y de personal.

Desde 2007, el número de entidades bancarias ha bajado de 34% (pasando de 280 a 192) en España. De 2008 a 2020, el número de oficinas se redujo de 50%, de cajeros de 20% y el número de empleados de 37%. De 2010 a 2020, el número de empleados paso de 263.715 a 179.511. De 2009 a 2020, el número de oficinas por 100.000 habitantes paso de 96 a 47 (26 de media en la UE). En 2020, había 22.299 oficinas y 49.481 cajeros automáticos y cerraron 1.612 sucursales. En 2021, cerraron 3.288 sucursales o sea casi 1 sucursal al día quedando 19.015. En 2019, el número de habitantes por sucursal fue de 1.955 en España y de 3.145 habitantes en la U.E. (o sea 1,6 veces más). Ahora España es el país de la U.E. con menos empleados por sucursal con 8 versus 15,7 en la U.E., 12 en Francia e Italia y 24 en Alemania. Las previsiones son de cerrar 15.000 oficinas más o sea el 70% antes de 2030. La reducción de bancos y sucursales ha entrenado la desertización bancaria en muchas ciudades, comarcas y barrios de nuestras ciudades.

En 2020, los municipios sin oficinas bancarias en España representaban el 54% y en Cataluña el 52% (5º peor autonomía). Las personas sin acceso fácil a una oficina eran de 1.638 .000 en España (3,45%) y 332.580 en Cataluña (2º peor autonomía).

Los 5 grandes bancos han pasado de 42% del mercado en 2008 a 67% en 2020 (o sea un incremento de 52%). La reducción de entidades y sucursales ha entrenado la desertización bancaria en muchas ciudades, comarcas y barrios.

Según un estudio del Banco de España (04/08/2021), 1,3 M de habitantes se encuentran sin punto de acceso al efectivo en su municipio o sea que están en situación de vulnerabilidad bancaria. El B.E. considera que “es fundamental asegurar que los ciudadanos que deseen usar este medio de pago tengan acceso a él”.

En la provincia de Barcelona, casi 50.000 habitantes están sin acceso a un cajero en un radio de 5 km. También es verdad que el pago en efectivo ha pasado de representar el 80% en 2014 al 36% en 2020.

¿Qué pasa en nuestra comarca del Garraf?

La comarca del Garraf tiene unos 150.000 habitantes repartidos en 6 municipios de tamaños diferentes desde casi 70.000 habitantes en Vilanova i la Geltrú (VNG) hasta Olivella de solo 4.000 y Canyelles con casi 5.000. El Garraf tiene (2022) 34 oficinas bancarias cuyas 15 (44%) estaban en VNG. St. Pere de Ribes tiene 7, Sitges 7, Cubelles 3, Canyelles 2 y Olivella ninguna. Así no hace falta ir a la Cataluña profunda o a la España vacía para encontrar un municipio sin banco, lo tenemos a mano. Respeto a los cajeros automáticos sin oficinas tenemos unos 15 especialmente concentrados en las ciudades turísticas de Sitges con 7, VNG con 7 y Cubelles con 1.

En el Garraf, el Banco Sabadell tiene 11 sucursales, CaixaBank 9, BBVA 6 y Banco Santander 4. Estos 4 bancos, los más importantes de Cataluña y de España, están presentes en VNG, Sitges y St. Pere de Ribes. Además, en VNG, como capital económica de la comarca, hay 4 bancos más con una sola oficina: IberCaja, Deutsche Bank, KutxaBank y Caixa d’Engenyers.

En el caso de Olivella, las oficinas más próximas están en los 2 municipios próximos Canyelles y St. Pere de Ribes a unos 11 km (5 km es la distancia de referencia para el B.E.).

El Garraf tiene 4.494 habitantes por sucursal (próximo al de VNG 4.515) o sea 2 veces más que España (1.955) y 1,4 veces más que la U.E. (3.145). Cubelles es la ciudad con más habitantes por sucursal con 5.256, St. Pere de Ribes tiene 4.444, Sitges 4.222 y Canyelles lo menos con 2.349. Para el número de sucursales por 100.000 habitantes, el Garraf tiene 22 como VNG o sea 47% menos que España (47) y 18% menos que la U.E. (26). Canyelles es la ciudad con más (42), Sitges la siguiente con 24, Cubelles y St. Pere de Ribes las con menos 19 y 13 respectivamente.

Según los dos criterios usados, el Garraf ha sufrido duramente las consecuencias negativas de las fusiones y de los cierres de las sucursales y de manera superior a la media española y de la U.E. hasta tal punto que, de los 6 municipios, uno se ha quedado huérfano de oficinas y de cajeros, así como numerosos barrios de estos municipios.

¿Qué pasa en nuestra capital Vilanova i la Geltrú?

En VNG cerraron al menos 15 oficinas quedando al principio de 2022, solo 15 oficinas para el público y 7 puntos de cajeros automáticos (sin oficinas) o sea una reducción del 50%. Además, quedaron solo 8 bancos de depósitos después de haber desaparecidos entre otros con presencia local: Caixa Penedés, Caixa Manresa, Caixa Catalunya, Banco Popular, Caja de Ahorros de la Inmaculada, Caja Granada, Bankia y por los menos, 7 oficinas más de los bancos absorbentes (CaixaBank, BBVA). Por banco, ahora tenemos 4 oficinas del B. Sabadell (1 ha cerrada al principio de este año), 3 de CaixaBank, 2 de B. Santander, 2 de B.B.V.A. y 1 de IberCaja, 1 de KutxaBank, 1 de Deutsche Bank así como 1 de Caixa d’Enginyers.

Además de esta reducción en el número de oficinas abiertas al público, la disposición de estas sucursales se ha concentrado en su mayoría en el centro de la ciudad quedando 1 fuera de este (con el riesgo además quizás de desaparecer en el futuro si el banco que los tiene se restructura o se fusiona finalmente). De los 18 barrios que tiene el municipio de VNG, 14 están sin sucursales. El Centre VIla tiene 5, Sant Joan 4, La Geltrú 3, el Barrio de Mar 2 (pero en su límite norte) y Can Marques 1. El caso más escandaloso es el del Barrio de Mar muy poblado donde las 3 sucursales localizadas cerca del mercado de mar cerraron y fueron sustituidas por 2 cajeros automáticos. Así 39% de la población de VNG vive en barrios desertizados bancariamente. Al nivel de cajeros automáticos sin oficinas, existen los 2 cerca del mercado de mar, 2 sueltos en el centro (mercado central y Universidad), 1 nuevo en sustitución a una oficina cerrada hace poco en Moli de Vent y 2 de usos turísticos (camping y paseo marítimo). Como capital del Garraf, VNG tiene además 4 bancos (incluido 1 extranjero) que cubren el servicio a toda la comarca. Últimamente además los bancos han centralizado en una sola oficina, la ventanilla abierta al público cuando antes se podía en todas.   

A VNG, el número de habitantes por sucursal es de 4.515 cuando en el Garraf es de 4.494, en España de 1.955 y en la U.E. de 3.145. Así VNG es similar al Garraf y los dos unos 2 veces más que España y 1,4 veces más que la U.E. A VNG, el número de sucursales por 100.000 habitantes es de 22 como el Garraf cuando en España es de 47 y de 26 en la U.E. Así VNG como el Garraf tiene 50% menos que España y 18% que la media europea. Según los dos criterios, otra vez se ve que la restructuración ha sido muy fuerte y mucho más que la media de España y próxima a la media de la U.E.

Afín de poder mantener y mejorar el servicio al público de los Bancos, es necesario que las autoridades locales, autonómicas, españolas y de la U.E. actúen afín de obligar a los bancos de ampliar (no solo mantener) sus servicios personalizados y adaptados a todos los tipos de necesidades de sus clientes. La digitalización parece ser irreversible teniendo en cuenta el dinero europeo “next generation” que se piensa invertir a este fin, pero eso no impide que una parte de este dinero se use para solucionar los efectos sociales negativos que provoca a una parte, aunque minoritaria de los usuarios obligados a usar estos en las relaciones económicas con los servicios públicos y privados.

Esta situación está claramente nefasta para cualquier usuario bancario por complicar el acceso a su dinero, pero lo es todavía más para muchos de los mayores de más de 65 años que ahora representan 18% de nuestra población del Garraf y que tendrán un peso creciente en las próximas décadas.

Desde el principio de año y bajo la presión de los sectores sociales afectados, se han promocionado diferentes propuestas para reducir el impacto. Una es el documento firmado por los bancos españoles con el compromiso de mejorar la atención a los clientes en 6 meses, pero con un impacto muy limitado, parcial y que cuya aplicación real tendrá que ser controlada. Otro es el de la Diputación de Barcelona que ha decidido desbloquear 1 M euros /anual para instalar y mantener cajeros automáticos en ciudades de menos de 5.000 habitantes. Los ayuntamientos tendrían que ceder un local a la Banca interesada. La 1º fase será de 60 municipios y empezará antes de fin de año. En la misma dirección, la Generalitat de Cataluña está trabajando en un proyecto de ley (aunque no tenga competencia en el ámbito bancario, dixit) para garantizar el servicio del cajero automático en los municipios con riesgo de exclusión financiera. Consideramos que estas propuestas con financiación pública no son la solución porque la culpa del cierre, no es de los ciudadanos participando en la solución vía presupuestos públicos sino de los bancos claramente rentables que deben solucionarlos. Finalmente, el Gobierno incluye en un anteproyecto de ley, la obligación de la atención “personalizada” en la banca, una medida centrada en la gente mayor y en las zonas rurales así como la creación de una nueva autoridad para las reclamaciones en el sector financiero que alivie a los tribunales.

Frente al empeoramiento de los servicios ofrecidos por las entidades bancarias, se exige: una sensibilización y fomento del buen trato hacia el usuario con dificultades para manejar las nuevas tecnologías, un acompañamiento personal siempre que los clientes lo necesiten, unos servicios bancarios próximos con una minimización del cierre, una reapertura de oficinas cerradas y un consenso para solucionar los problemas. Las nuevas tecnologías deben contribuir en un futuro mejor para todas las clases sociales y no lo contrario. Una acción coordinada de los clientes/usuarios, pensionistas y jubilados, así como de los trabajadores de la banca es necesaria para tener algún éxito.

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