Isaac Gálvez

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La muerte de Isaac Gálvez ha conmovido el mundo ciclista y a la ciudad de Vilanova i la Geltrú. Siempre ha sido una familia muy querida en la ciudad. Gente sencilla y noble que se les podían ver allá en La Cova, junto al Museo Can Papiol, tomando un aperitivo con la familia. Así fue como un día me acerqué a Isaac y le felicité por su reciente título de Campeón del Mundo en pista. Aquí la pista no es tan popular como en los países del norte. Bélgica y Holanda. La cuna de otro tipo de ciclismo, el ciclismo de las clásicas. Carreras de un día como la Lieja-Bastogne-Lieja, el Tour de Flandes o la mítica y temible Paris Roubaix y sus tramos de pavés. Un empedrado que en los días de lluvia resbala y te hace caer y que en los días secos el polvo ahoga a los ciclistas en los infranqueables muros en los que a veces hay que echar el pié a tierra y subir la bici al hombro... Un ciclismo mítico como el de antes, del que ya queda muy poco. Y muy pocos han sido los españoles que han podido brillar en estas clásicas. Solo Miquel Poblet, que ganó dos veces la Milán San Remo y quedó dos veces segundo en la Paris Roubaix, en el “Infierno del Norte”.

Poblet, como Isaac Gálvez, le deben su potencia al trabajo de pista. Gálvez podía disputar esprints a los mas grandes sin equipo. Una cosa que solo los super clase pueden hacer. Solo corredores como Oscar Freire, campeón del Mundo en tres ocasiones, pueden robarles la cartera en la misma línea de llegada. Esta forma de compaginar pista y carretera la hacen muy pocos ciclistas. La pista en esos países del norte es todo un espectáculo. Y para los aficionados es una gran oportunidad de poder ver de cerca y durante horas o días... a tus ídolos en las distintas modalidades de la pista.

Aquí solo tenemos ojos para las grandes vueltas, Vuelta y Tour. Incluso en el Giro, tuvo que ser un extraterrestre llamado Indurain el que lo ganara por primera vez en la época moderna. Aquí Vicente Iturat, paisano de Vilanova tuvo actuaciones destacables en Vuelta y Giro de Italia. Así como Celestino Prieto a nivel profesional.
Ahora están Freire, Flecha y Valverde, pero muy poco españoles se han aventurado en las carreteras del norte y muy pocos, se han atrevido con la pista. Tan solo el mallorquín Juan Llaneras, eterno compañero de Isaac. ¡Qué horas tan tristes!

En Vilanova i la Geltrú, no es la primera vez que se vive una tragedia ciclista de tal magnitud. El 19 de junio de 1999, Manuel Sanroma murió al sufrir una fatal caída al final de la segunda etapa de la Volta a Cataluña. En el paseo marítimo. Todavía cuando paso enfrente a la cofradía de pescadores, se me hace un nudo en la garganta.
Recuerdo que el Puput fue al día siguiente a depositar un ramo de flores en el lugar.

Por eso es bueno reconocer el oficio de estos bravos profesionales que se juegan la vida en cada curva, llueva, nieve o granice. De los sacrificios y sin sabores de la alta competición. Es triste comprobar que algunos medios solo se hacen eco del ciclismo por estas desgracias o por los casos de doping. Muchos de nuestros ciclistas profesionales y amateurs saben de lo que les hablo. No es justo, como no es justo lo que le ha sucedido a Isaac y a su familia. Una familia normal, sencilla y trabajadora.

El última día que lo vi, yo subía las Ventosas a mi ritmo “pajarero”, allá por Sant Jaume dels Domenys y él bajaba, y todavía me saludó y todo porque yo llevaba el culote de su equipo, el Illes Balears... Ese era Isaac Gálvez, una persona amable y accesible. Un trabajador de la bicicleta y un superserie en las llegadas masivas. D.E.P.

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