Leo Bassi

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El suceso se registró a las 21.30 horas del miércoles 1 de marzo, momento en que el controlador de la sala del teatro recorría los pasillos y vio como un hombre abandonaba rápidamente un palco del teatro, donde se descubrió una mecha encendida que pendía de una botella con gasolina y pólvora. Bassi confesó que después de haber recibido insultos y amenazas por la exhibición de "Revelación” se había visto obligado a llevar "guardaespaldas". La obra es un "homenaje al laicismo" con la que ha recorrido Europa y otras ciudades españolas sin problemas. Señaló, como culpables, a algunos colectivos que a través de internet se han manifestado en contra de su obra e incluso han llegado a dedicarle calificativos como "perro judío". " En estas webs hay mensajes que dicen que quieren matarme". El actor ya había manifestado con anterioridad que su obra es una "crítica racional al monoteísmo del antiguo testamento poniendo en evidencia las contradicciones peligrosas, las omisiones e inconsistencias" pero que además durante el espectáculo habla de Cristo y de su "profundo respeto por su mensaje de amor, justicia social y pacifismo". "En ningún momento mi intención es hacer perder la Fé entre el público", concluyó.”

Si no fuera por el hecho relevante de esta noticia Leo Bassi continuaría fiel y anónimo en su cruzada particular, y por muchos compartida, del de la denuncia sistemática hacia la mentira desde otro canal de información minoritario pero alternativo. El gran público lo recordará seguramente por sus intervenciones en “Crónicas Marcianas”, pero el genio de Leo Bassi va mucho más allá. Leo Bassi desciende de un antiguo linaje de comediantes excéntricos y de payasos circenses venidos de Italia, Francia, Inglaterra, Austria y Polonia. Durante 150 años la familia ha actuado sin interrupción alguna.

De ella ha heredado no solo sorprendentes habilidades de malabarismo con los pies, antipodista, sino también la esencia misma del espíritu libertario, irreverente y cosmopolita del circo del siglo XIX. Amado o odiado por su bufón, Leo nunca ha buscado el consenso como artista o como hombre. Su arte, libre de convenciones, ofrece al publico una experiencia apasionante, sensacional y estremecedora, donde la provocación es un lenguaje y no un propósito.

En los últimos años, sus espectáculos han tocado temas de actualidad política y social, creando por ejemplo el BassiBus, "viajes a lo peor de una ciudad" una excursión en autobús para visitar, in situ, los escándalos políticos y económicos más escabrosos.
Leo Bassi representa, para mí, al artista total que antepone el fondo a la forma, que no busca el reconocimiento ni narcisismo ególatra del artista que no se vende. Aquel que le dan una subvención si su obra es blanda, inocua y no atenta contra el poder. Y esto tiene su precio. Leo se esta enfrentando abiertamente a esa “gente” retrógrada, cerrada y cavernaria, de ahí su grandiosidad, pues un señor de fuera viene a enfrentarse con los fantasmas de nuestro pasado y nuestro presente.

Su lucha es una vieja lucha, la lucha por las libertades en todas sus facetas. Sin duda España y el mundo, va para atrás. La humanidad entera va (vamos) para atrás.

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